The Second Meeting

by Nyaar


A las ocho de la tarde Trunks llega a su casa después de un duro día universitario y, como cada día desde hace más de un mes, después de dejar la cazadora y la carpeta en su cuarto, sube al piso de arriba a ver a su padre. Todas las tardes le encuentra sentado en la cama, con la vista perdida en la ventana de enfrente suya. La muerte de Bulma había sido un duro golpe para todos, pero parece que por una vez el Príncipe siente realmente la pérdida de alguien. Pare él, los humanos se dividen en dos clases, los patéticos y débiles humanos (todos) y una excepción (Bulma). Sí, quizás la vida continúe después de que desaparezca esa excepción, pero, ¿qué sentido tiene el vivir entre los humanos débiles y patéticos? Si ella no está ¿para qué?

Trunks llamó a la puerta de la habitación "Papá, ¿puedo entrar?"

Al ver que no le respondía (normalmente le decía que le dejara en paz) entró en la habitación. Le encontró con las manos en las rodillas y la cabeza agachada. El joven se acercó a su padre y puso una mano en su hombro "Vamos papá, tienes que animarte..." Le dijo suavemente

Él no respondió, ni siquiera se movió. Trunks continuó con la misma suavidad "No es bueno que te encierres aquí tanto tiempo....Eso no va a cambiar las cosas"

Vegeta tensó los músculos de los brazos, pero al instante los relajó de nuevo "Déjame solo" Le pidió en voz baja, con un tono de voz que distaba mucho de su frío tono característico "No quiero compañía"

"¡¿Cómo?!" Dijo Trunks con enfado "Llevo viniendo aquí día tras día durante más de un mes para ver cómo estás y tú siempre me contestas igual ¡Estoy harto! ¡Harto de todo esto! Por si no te has dado cuenta, yo también la echo de menos! ¡Estoy harto de verte aquí sentado sin moverte durante horas y horas! Pero eso se acabó! Vaya que si se acabó!" Trunks agarró el brazo de su padre "Vas a salir fuera ahora mismo y vas a luchar conmigo, quieras o no!" Con un fuerte tirón le obligó a levantarse. Llevándole casi a rastras, Trunks sacó a su padre de la casa y cuando estuvieron uno frente al otro, le advirtió "Espero que estés pensando en ponerte a luchar, porque yo pienso utilizar todo mi poder en el combate"

Se puso en posición de combate, pero al ver que su padre no había cambiado de postura, casi le gritó "¡¿Se puede saber a qué estás esperando para subir la guardia?!"

"No quiero luchar ¿Para qué?"

"HAZLO!!!" Rugió Trunks

Lentamente Vegeta levantó los brazos y adoptó una posición defensiva obligado por su hijo

Normalmente él habría sido el primero en atacar, en sus ojos estaría el brillo de la lucha, sus músculos estarían tensos, completamente preparado para la batalla. Normalmente, no últimamente.

Trunks, al ver que su padre no tenía intención ninguna de atacarle, apretó los puños y los dientes con rabia. Realmente no quería luchar, no podía creer que fuera su padre el que le hubiera dicho que para qué iban a luchar.

Trunks sacudió su cabeza, intentando no pensar en aquellas palabras y concentró su ki, provocando una llama azul que envolvía todo su cuerpo. Se lanzó contra su padre, quien no parecía darse cuenta de lo que iba a pasar en breves instantes por la postura de sus brazos, otra vez a los lados de su cuerpo. Trunks le propinó un fuerte puñetazo en la cara, haciéndole volar uno cuantos metros hacia atrás antes de caer al suelo "¡¡Vamos padre, levántate!!" Le gritó acercándose a él, convertido en SSJ. Al ver que no se levantaba, le agarró de la camisa y tiró hacia arriba, levantándole a pulso. Por supuesto, él no opuso resistencia.

"¿Tu cobardía es tal que ni siquiera te defiendes? ¿Qué demonios crees que adelantas con todo esto? Mamá se avergonzaría de ti si te viera en este estado!!" Le gritó de nuevo, lanzándole hacia atrás "Realmente esperaba más de ti, padre" Le dijo esta vez más calmado

Vegeta escuchaba las palabras de su hijo mientras contemplaba el sol caer por detrás de los edificios cercanos. Una imagen pasó por su cabeza: la puesta de sol que le enseñó a Bulma el primer día que comenzaron a "salir" juntos. Cuando Trunks, ya normal, se iba a marchar advirtió cómo su padre tensaba los brazos y arañaba el suelo, arrancando tierra y hierba a la vez.

Lentamente, Vegeta comenzó a levantarse "¿Cómo te atreves a decir eso?" Dijo en voz baja. Una vez se hubo levantado, fue como si las palabras de Trunks unidas a la imagen del atardecer hubieran desencadenado una reacción en cadena en su interior. Con los puños cerrados le gritó mientras se convertía en SSJ

"¡¡¡¿¿CÓMO TE HAS ATREVIDO A DECIR ESO, MOCOSO??!!!" En sus ahora ojos azules, una mirada asesina se dirigía a Trunks, quien no podía comprender el tremendo cambio en la actitud de su padre

"¡¡¿CÓMO TE HAS ATREVIDO?!!" Le gritó mientras se lanzaba al ataque. Con un rugido golpeó a Trunks fuertemente, primero en el estómago y luego en la cara, haciéndole caer hacia atrás. Trunks se levantó del suelo limpiándose la sangre de la boca. Vio cómo su padre se acercaba a él con los dientes y los puños apretados y con esa mirada asesina en los ojos y decidió convertirse él también en SSJ. "Padre, ¿qué...?"

"¡¿Cómo te has atrevido a insultar mi honor de guerrero de esa manera?! ¿Quién demonios crees que eres para hablarme así, mocoso?"

"Padre..."

"Cuando haya acabado contigo, mi honor habrá sido vengado. Ahora, en guardia, mocoso!!"

Trunks todavía no salía de su asombro, pero se colocó en posición de combate. Al instante estaba esquivando una acometida de su padre, quien de repente había sacado fuera todo el dolor de este mes y lo utilizaba ahora como arma contra su propio hijo. Por suerte para Trunks, su padre sólo se había convertido en SSJ, si hubiera aumentado su concentración hasta llegar a SSJ2, el joven habría estado en serios problemas. Después de estar un rato parando las acometidas de su padre, vio que así no iba a llegar a ninguna parte, así que decidió atacar él también. En un descuido, Trunks le golpeó fuertemente, haciendo que se estrellara contra el muro de la Capsule Corp, con tal fuerza que lo atravesó y cayó en medio de la calle. Vegeta se levantó, y aunque la sangre corría por su brazo derecho, ahora solamente cubierto por varios jirones de tela, no parecía importarle en absoluto, ya que lo levantó a la altura del pecho, apuntando al boquete en el muro por donde había salido. Abrió la mano y gritó "GYARIC HO!!" Al instante un potente energy ha salió de su mano en dirección a Trunks. Éste, al ver la onda de energía que su padre había lanzado, cruzó sus brazos por delante de su cara en posición de defensa, preparándose a recibir el tremendo impacto. Si no lo hacía así, el energy ha destruiría gran parte de la ciudad.

Tras una explosión, el patio de la Capsule Corp se llenó de polvo. Vegeta se quedó cerca del muro del edificio esperando a que se aclarara un poco el polvo. Rugió con rabia al ver la silueta de su hijo a través del polvo.

Trunks bajó sus magullados brazos hasta la posición de guardia y sopló con alivio al comprobar que había conseguido detenerlo sin sufrir grandes daños pero enseguida frunció el entrecejo. No podría parar muchos más ataques como ese. De alguna manera tenía que conseguir frenarle antes de que destrozara media ciudad, pero ¿cómo? ¿Y por qué estaba intentando matarle? ¿Quizás por lo que le había dicho? Con eso esperaba que reaccionara, pero no se imaginó que se lo fuera a tomar tan en serio.

Sin dejarle pensar en una solución, su padre se lanzó contra él "¿Todavía estás en pie? Ahora verás!!"

"¡Ya está!" Pensó Trunks "Seguro que si le doy un buen puñetazo..." Tuvo el tiempo justo de esquivar una patada dirigida a su cabeza antes de agarrar el puño derecho de su padre a escasa distancia de su cara. En ese instante, uno de los últimos rayos de sol hizo que algo brillara en el brazo de su padre. Mientras Trunks miraba que es lo que llevaba en el brazo, Vegeta aprovechó que su hijo estaba despistado para golpearle y separarse de él varios metros. Frente a frente, los dos se miraron unos instantes y cargaron contra su adversario, pasando al lado el uno del otro con el puño derecho por delante. Cuando se golpearon hubo un flas de luz y los dos quedaron dándose la espalda. Trunks apoyó una rodilla en el suelo, poniendo una mano donde su padre le había golpeado y volvió a la normalidad. Giró su cabeza hacia atrás y vio a su padre de rodillas y con las manos apoyadas en el suelo. Ahora él tampoco era un SSJ. Se levantó con esfuerzo y se acercó a su padre, aún en el suelo "Padre, ¿estás bien?"

Él asintió, intentando recuperar la respiración. Por suerte, el plan de Trunks había resultado. Cuando lo consiguió, unos instantes después, se incorporó, poniendo una mano en su brazo derecho. Los dos se quedaron mirándose durante unos instantes sin saber que decir hasta que Trunks preguntó "¿Qué es eso que llevas en el brazo derecho?" Le dijo señalando al objeto en cuestión

"¿Eh? Ah, no es nada..." Dijo evadiendo su pregunta y poniendo su mano encima del objeto, sin ninguna intención de revelar lo que era. Aunque era de noche, quizás Trunks podría hacerse una idea de lo que era si veía la silueta "Pero yo lo vi brillar mientras combatíamos..."

"Te he dicho que no es NADA!" Le contestó molesto "¿Es que no me has oído?"

Trunks sonrió a sus palabras. Éste si era su padre. Parece que esta lucha había servido para algo más aparte de para destrozar una parte del muro de la Capsule Corp y la ropa de los dos. " De acuerdo, papá, tú ganas, no me lo digas si no quieres. Ah! Creo que deberíamos cenar algo, se está haciendo tarde" Comentó mientras miraba su reloj "Voy a llamar a una pizzería ¿Vale?" Él asintió y los dos anduvieron hacia la casa. Una vez allí, mientras esperaban a que trajeran las pizzas, Vegeta entró en el baño, con intención de ducharse. En pocos minutos el baño se llenó de vapor de agua, empañando los espejos y caldeando el ambiente. Entró en la ducha, dejando que el agua caliente cayera sobre su magullado cuerpo. Tras estar unos minutos bajo el agua sin moverse apenas, miró en su muñeca el objeto sobre el que Trunks le había preguntado. Por suerte, no se había rallado con el golpe.

Una vez seco, mientras se ponía una camiseta, pensó que lo mejor sería que se lo quitara de la mano, ya que no tenía ganas de que su hijo lo viera. Se lo metió en el bolsillo de los vaqueros y salió del baño. En el comedor, Trunks le esperaba sentado en la mesa, flanqueado por dos torres de cajas de pizzas. Vegeta se sentó también y los dos comenzaron a engullir pizza.

De vez en cuando, Trunks miraba de reojo (y sin dejar de comer) el brazo de su padre, intentando encontrar aquél objeto misterioso que antes no le había dejado ver. "Trunks, ¿podrías dejar de mirarme como si fuese un bicho raro?" Le preguntó su padre un poco molesto por su escrutinio

"Eh...esto....yo.....lo siento" Contestó Trunks bajando la cabeza avergonzado por haber sido descubierto

Sin darle mayor importancia al asunto, los dos siguieron comiendo. Pasado un rato, cuando en las cajas ya no quedaba ni un solo trozo de pizza, Trunks se levantó de la mesa "Bueno papá, me voy, que he quedado"

"¿Con quién?"

"Esto..... Con unos amigos de clase" Cambió de tema "Pero no te preocupes, no creo que Biddle tarde mucho en traer a Bra a casa. Me dijo que esta noche no podía quedarse a dormir allí"

"No me dijo nada de que iba a venir a dormir a casa... "

"¿No te lo dijo? ¿Estás seguro? Pues yo juraría que sí... Bueno, da igual, está en casa de Gohan, pero Biddle me contó que esta noche iban a quedarse a dormir Mr. Buu y Mr. Satán, con lo que no la quedaban más camas libres " Le dijo mientras abría la puerta de la calle "¿Estarás bien aquí solo?"

"Sí, ahora vete, que vas a llegar tarde como sigas aquí charlando"

"¿Seguro?"

"Seguro! Ahora márchate ya!" Le dijo casi echándole de casa "Venga, hasta luego, no vendré muy tarde" Dijo justo antes que su padre le cerrara la puerta. Consideraba totalmente innecesario tener una "niñera", y menos si esa "niñera" se trataba de su propio hijo.

Se sentó en el sillón y puso la televisión, esperando encontrar algo interesante que ver. Como ya no estaba Trunks podía volver a ponérselo en la mano sin riesgo de que lo viera. Lo sacó con cuidado de su bolsillo y con un poco de maña se lo puso de nuevo.

Cinco minutos después de que Trunks se hubiera marchado llamaron a la puerta. Vegeta se levantó del sillón y fue a abrir la puerta. Al abrir no soltó la puerta, y mucho menos al ver quién estaba ante él.

"Buenas noches, Vegeta!!"

"Kakarot! ¿Qué dem...?"

"Andá! ¿Qué haces tú con una esclava en la mano? No sabía que tuvieras una..."

"¿¡Y a ti que demonios te importa lo que lleve o deje de llevar en la mano!?" Casi le gritó

"Hombre, sólo era un comentario....." Puntualizó un poco dolido por su reacción

"Además, no es mía...." Dijo dándole la espalda a Goku y casi en voz baja

Evidentemente que no era suya. Goku lo comprendió enseguida "Era de Bulma, ¿verdad?" Le dijo suavemente

Él no contestó, ni se movió. Sólo cerró los ojos intentando en vano contener un suspiro. Goku se acercó más a él y colocó una mano en su hombro " Lo siento, yo no..."

Vegeta puso su mano sobre la de Goku y la quitó cási suavemente de su hombro "No quiero tu compasión"

"No era esa mi intención..."

"¿Qué has venido a hacer aquí?" Le dijo dándose la vuelta, quedando así los dos frente a frente

"Trunks me dijo que si podía pasarme por aquí esta noche hasta que viniera Bra y aquí estoy"

"No deberías haber venido. No necesito compañía"

"Ya lo sé, pero el muchacho me lo hizo prometer y ya sabes que yo soy un hombre de palabra"

"Ahora que ya la has cumplido puedes irte. Yo le diré a Trunks que estuviste aquí y que te llamó tu mujer para que volvieras a casa. Nunca he necesitado niñera y no la voy a necesitar ahora ¿entendido?. De todas formas ya hablaré con Trunks sobre esto"

"Vegeta, no debes regañar al muchacho, sólo lo ha hecho porque está preocupado por ti, nada más. No creo que esa sea razón para castigarle"

"Se preocupa demasiado..."

"Porque tú le das razones para hacerlo. Vamos, no me mires así, Trunks me lo ha contado todo. El chico intenta por todos los medios posibles ayudarte, y consideró que no debías quedarte solo, eso es todo."

"Humpf" Gruñó cruzándose de brazos

"Bueno, ya que veo que no tienes ningún problema (al menos aparentemente) y que no quieres MI compañía, me marcho a mi casa, que la prometí a Chichi que fregaría los platos después de cenar"

"Yo no he dicho eso"

"¿A qué te refieres?"

"En ningún momento he dicho que no quisiera tu compañía específicamente, dije que no quería compañía de ningún tipo, ni la tuya ni la de nadie"

"¿Con eso quieres decir que no me estás echando de tu casa?"

"Vamos, vete ya ¿no tenías que fregar los platos?"

"Tienes razón" dijo con una sonrisa "Bueno, volveré otro día que no tenga que fregar los platos. Lo prometo" Dijo andando hacia atrás y comenzando a flotar en el aire. Se despidió con la mano y se marchó.

Vegeta le siguió con la mirada hasta que se perdió en la noche. Se quedó unos momentos mirando las estrellas que se podían contemplar a pesar de las potentes luces de la ciudad. Orión siempre le había parecido una constelación digna de ser contemplada y hacía mucho que Betelgeuse era una de sus estrellas favoritas. En noches como ésta había ido miles de veces hasta una montaña cercana para contemplar las estrellas, la gran mayoría sólo, a veces con compañía, pero esta noche no estaba de humor para ver las estrellas, así que entró en casa, y al mirar la hora que era decidió acostarse. Por Trunks no tenía que preocuparse y por Bra... bueno, ya es suficientemente mayor como para llegar a casa sin que nadie la esté esperando.

Subió las escaleras al piso de arriba y llegó a su cuarto. Encendió la luz y miró el interior desde la puerta. El interior seguía tal y como ella lo había dejado colocado la última vez. Una innumerable colección de cajas de cristal y porcelana de distintas tamaños repletas de anillos, pendientes, collares y pulseras estaban colocadas en el tocador. En el armario empotrado seguía aún toda su ropa y en el puff aún seguía aquella camiseta azul que ponía "Bulma" en la parte de delante. Lo único que había hecho en el cuarto es hacer la cama. Lo más duro del día era el enfrentarse a un enorme cuarto para él solo y a una cama de matrimonio que sólo sería ocupada hasta la mitad. Sacudió la cabeza para obligarse a no pensar en estas cosas. Tenía que empezar a aceptar que ella se había ido y que no iba a volver más, pero esa no era tarea fácil. Ella fue la primera (y cási la única) persona que le aceptó tal y como era, la primera persona que le enseñó el significado de la palabra "amor", desconocida para él. La madre de sus hijos, su mujer y compañera en lo bueno y en lo menos bueno, la única persona en quien realmente podía confiar.

Un trozo que resumía toda una canción decoraba el marco del espejo del tocador. Fuera a donde fuese siempre tenía el pequeño papelito en su espejo, como si la recordara algo que no tuviese que olvidar.

[...]Que en mi eterna oscuridad
El cielo tiene nombre: tu nombre
Qué no daría yo por contemplarte
Aunque fuera un solo instante...

A. Sanz "Siempre es de noche"

Él nunca había entendido el afán de su mujer por ese pequeño trozo de canción, pero había resuelto dejarlo todo como estuviera, y eso concernía esa pequeña hoja sujeta con celo al marco del espejo. Se sentó en la cama, se descalzó, apagó la luz y se tumbó con ropa y todo. Hacía bastantes noches que no se quitaba la ropa para acostarse, ya que tras una hora u hora y media dando vueltas en la cama se levantaba de nuevo. Así, por lo menos ya no tenía que vestirse.

Cerró los ojos y en pocos minutos (cosa rara últimamente) se quedó dormido.

Cuando se despertó se encontraba en un sitio que le resultaba bastante familiar. No se encontraba en su cuarto, ni tan siquiera en la Tierra, pero iba en zapatillas y llevaba la misma ropa con la que se había acostado. Unas nubecillas amarillentas recubrían casi todo el suelo, con lo que cuando andaba iba pisándolas. Vio a lo lejos una especie de casa, la única por ahí y decidió acercarse. AL llegar, se dio cuenta que era el edificio donde se encontraba el Juez Supremo. A su lado las almas iban de un lado para otro conducidas por sus respectivos guardianes hacia el Cielo o el Infierno. Supuso que había muerto y se dirigió al edificio para que le juzgaran (de nuevo). Se colocó delante del Juez y le preguntó "¿Y bien?"

"Ah!, eres tú, bien, ya no me acordaba... Bueno, aquí está tu acompañante y guía. Tienes toda la noche para pasear con ella por el cielo"

"¿¿??" Se quedó mirando a su acompañante, del que sólo se distinguía la silueta. No sabía qué decir ni que hacer. ¿Y a qué se refería con toda la noche? ¿Acaso no estaba muerto?

De repente, la mujer que debía acompañarle se adelantó unos pasos, dejándose ver. Llevaba un aro dorado sobre la cabeza, síntoma inequívoco de que estaba muerta. Varios cabellos de su melena morada caían sobre sus ojos. "¿¿¿???" Abrió la boca, incrédulo. No podía creer que la estuviera viendo de nuevo, aunque fuera en el otro mundo "¿Bulma?" Acertó a decir en voz baja

La mujer asintió con la cabeza, se acercó a él y se abrazaron ante un emocionado Juez Supremo. Al separase, Vegeta comentó "No has cambiado nada. Sigues igual de guapa que siempre"

Bulma se ruborizó con sus palabras "Oh, vamos..." Le agarró del brazo, obligándole a seguirla "Vamos, sólo tenemos una noche"

Mientras Bulma le conducía hacia la entrada al Cielo, Vegeta preguntó "¿Una noche? ¿Pero no estoy muerto?"

"Claro que no, tonto. Yo decidí que en vez de que yo fuera a la Tierra durante un día tú vinieras una noche al cielo"

"Huh..."

Comenzaron a pasear por el Cielo y al pasar al lado de una bella fuente, Bulma comentó "¿Sabes? Es muy aburrido el estar aquí sola en el Cielo... Si al menos pudiera inventar algo..."

"Ju, tu no has estado en el Infierno. Prefiero mil veces el estar aburrido en el Cielo que el estar jugándome el pellejo a todas horas sin que eso sirva de nada en el Infierno" "Sí, claro, viéndolo así estoy de acuerdo contigo. De todas maneras sigo diciendo que esto es muy aburrido. Tú al menos podrías seguir con tu eterno entrenamiento, pero yo... aquí no hay nada que hacer. Además ya estoy aburrida de irme de excursión con las demás almas que están aquí" "¿Preferirías volver? O sea, ¿preferirías volver conmigo a la Tierra que estar aquí sin tener ninguna preocupación por nada?"

"Pues claro que sí, tonto! ¿Cómo puedes pensar que prefiero estar aquí rodeada de almas a estar contigo, con Trunks y Bra? Aunque, bien visto, por aquí hay un buen mozo que todos los días me echa piropos y me regala flores" Le dijo para darle celos

Él la cogió de las manos, obligándola a pararse en un parque. Sin dejar de mirarla a los ojos la dijo "Podría haberte dicho que me importas, eso y muchas otras cosas, pero ni siquiera en el último momento pude hacerlo. No me preguntes por qué, ni yo mismo lo sé, supongo que yo tenía bastante con demostrártelo de vez en cuando, pero nunca me paré a pensar que tú quizás podrías querer que yo te dijera todos eso que entre los humanos es tan normal decir cuando estás con la persona a la quieres. He estado mes y medio pensando en esto, sin poder hacer otra cosa, pensando en todas aquellas cosas que no hice y que quizás debiera haber hecho" Al terminar la soltó las manos y bajó la cabeza

"Vegeta..." Le dijo acercándose más a él " Nunca me ha hecho falta que me dijeras nada de eso. Siempre he sabido que me querías aun sin decírmelo, lo veía en tus ojos cuando me mirabas, en tus actos cuando estabas conmigo, incluso en ese último momento lo sentía, sabía, aun en el instante antes de morir que me querías"

Él levantó la cabeza y la miró. En su gesto normalmente indescifrable había ahora un sinfín de expresiones. En sus oscuros ojos había un brillo especial, una destello que demostraba sus más íntimas emociones. Las lágrimas caían por las mejillas de Bulma cuando le abrazó "Eres el hombre más maravilloso y adorable de todos cuantos he podido encontrar en la Tierra" Susurró

"No quiero volver a perderte" Dijo luchando por contener las lágrimas que recorrían sus mejillas "No puedo estar sin ti"

"Lo sé, pero no hay solución, no hay nada que pueda devolverme la vida..."

" Siempre hay que conservar la esperanza, por muy remota que sea." Les habló una voz "Soy Ro Kaioh-Shin y os hablo desde Kaiho-Shin kai"

"El dios de hace quince generaciones..."

"El mismo. No pude dejar de oír vuestro diálogo. Es verdad que no hay nada al alcance de los mortales que te pueda devolverte la vida, pero nunca hay que perder la esperanza de tener un nuevo reencuentro. Hay veces que tan solo con desear algo puedes conseguir que se realice ¿nunca os ha pasado eso? Hmmm... ya veo que no. Bueno, de todas formas, no os he interrumpido sólo para daros clases de moral. Enma Daioh me ha pedido que te comunique que te queda muy poco tiempo aquí, aproximadamente cinco minutos" "¿Sólo cinco minutos? ¿Pero no teníamos toda la noche?"

"Sí joven, pero cinco minutos es todo lo que falta para que amanezca. Lo siento, pero no tenéis más tiempo"

"Sólo cinco minutos..." Suspiró Bulma. Dio un pequeño respingo al acordarse de algo que tenía preparado "Quiero darte algo..." Sacó de debajo de su camiseta una cadena y la cogió en su mano. "¿Sabes lo que son?" "Hmm, no, pero me recuerdan a algo..."

"¿Cómo es posible que no te acuerdes? Son..." Él puso un dedo en sus labios para callarla

"Claro que me acuerdo, tonta. Son nuestras alianzas"

Ella sonrió y se desabrochó la cadena, sacando de ella los dos anillos antes de volvérsela a poner "Toma, con esto sabré de ti en todo momento" Dijo poniéndose la alianza y dándole la otra a su marido. Al mirarle se fijó en su brazo "¿Esa pulsera no es mía?"

Él asintió y cuando se la iba a quitar para devolvérsela ella le detuvo " No, quédatela, quiero que lleves algo mío cuando regreses a la Tierra" Dijo intentando ocultar sus sollozos "No te vayas..." Se abrazó a él "Te necesito aquí a mi lado... Cuando llegué aquí estaba sola y asustada, no tenía a nadie a quien acudir, nadie que me dijera "no te asustes, aquí estoy yo". Me sentía como si no tuviese algo; no te tenía a ti, me faltabas tú. No quiero quedarme sola por más tiempo..."

""El cielo tiene nombre: tu nombre. Qué no daría yo por contemplarte aunque fuera un solo instante"" Recitó el trozo de canción del espejo "Yo tampoco quiero volver solo a la Tierra. Mi mayor deseo sería que volvieses conmigo..." Se besaron. Este era el beso de despedida que se habían dejado a deber la última vez que se vieron en vida, ya que no tuvieron suficiente tiempo de hacerlo, y si lo tuvieron ninguno de los dos tuvo el valor necesario para hacer realidad algo que los dos deseaban pero que ninguno se atrevía a realizar.

Mientras se besaban Bulma vio cómo su marido comenzaba a brillar. Su tiempo se había acabado. Cada vez brillaba más intensamente, y cuando el resplandor era tan brillante que la mujer no podía hacer nada más que cerrar los ojos él desapareció.

"Te voy a echar de menos" Susurró antes de caer de rodillas al suelo con la cara entre las manos "Daría lo que fuera por poder volver..." Dijo entre sollozos "No hace falta que des nada" Dijo enigmático Ro Kaiho-Shin. Bulma levantó la cabeza desconcertada

Con sobresalto se incorporó. Miró un par de veces a su alrededor, intentando adivinar entre la oscuridad dónde estaba. Su corazón latía como un caballo desbocado y su respiración era rápida. Cuando por fin sus ojos se habituaron a la oscuridad reinante pudo comprobar que se encontraba en su cuarto, en la cama, tal y como se había acostado. Todo había sido un maldito sueño. Pero, si había sido un sueño, ¿por qué llevaba su alianza en la mano derecha? Se levantó de la cama desconcertado y se dirigió a la ventana dispuesto a levantar la persiana para que entraran los primeros rayos de luz a aclarar todo el lío. Al levantar un poco la persiana escuchó un débil gruñido de protesta. Dándose la vuelta comprobó que no había nadie delante de él como había supuesto ¿Qué o quién se había quejado entonces? ¿O quizá había sido producto de su imaginación?

Iba a rodear la cama para llegar a la puerta cuando escuchó otro ruido. Esta vez no había ninguna duda de que había escuchado algo. Parecía como si alguien estuviera arrastrándose por el suelo al otro lado de la cama.

Lentamente rodeó la cama y llegó al lateral de donde supuestamente salían los ruidos. Contuvo una exclamación y andó precipitadamente hacia atrás, chocando contra el tocador y haciendo que las cajitas repicaran al chocar unas contra otras. Se escuchó otro suave gruñido. Andó despacio hacia la figura que se rebullía nuevamente en el suelo y se arrodilló a su lado para cogerla suavemente en sus brazos. Lentamente y con mucha suavidad la dejó en la cama y luego salió de la habitación. En el mismo momento en que bajaba al salón encontró a Trunks entrando en la casa

"Ah, vaya, hola papá....¿Qué haces levantado a estas horas?"

"Eso debería preguntártelo yo ¿no crees? ¿Crees que estas son horas de llegar a casa?" Preguntó con cierto tono de reproche

"Esto... yo..." En ese momento Trunks pensaba que no habría suficiente tierra de por medio en el mundo para poder escapar del castigo que estaban a punto de regalarle

"Por esta vez pasa, pero no habrá más concesiones ¿entendido?"

Trunks asintió aliviado al notar descender de nuevo la saliva por su garganta "¿Y Bra?"

"Durmiendo. Antes de bajar he ido a ver si estaba"

Trunks asintió de nuevo y cuando iba a ir a la cocina su padre le detuvo "Trunks, sígueme"

"¿¿??" Sin entender nada Trunks siguió a su padre escaleras arriba "¿Qué...?"

"No preguntes y sígueme sin hacer ruido"

El joven se encogió de hombros y le siguió por el pasillo de la segunda planta. Vegeta abrió la puerta de su cuarto y señaló a la figura que dormía sobre la cama

"¡¡Santos Gatos!!" Exclamó Trunks sin poder contener su sorpresa "¿Cómo...?"

"Te dije que no hicieras ruido!" Regañó mientras le daba un capón.

La figura en la cama se despertó y se medio incorporó de la cama "¿Qué ha pasado? ¿Trunks?" Dijo al ver al joven en medio del cuarto.

Las lágrimas corrían por las mejillas del joven cuando corrió hacia ella "Mamá!!" Se echó en sus brazos como un niño pequeño "Mamá... cuánto te he echado de menos..."

"Yo también hijo, yo también" Le dijo mientras acariciaba sus cabellos. Bulma miró hacia la puerta cuando escuchó un pequeño sollozo "¿Bra?"

La pequeña, en brazos de su padre, lloraba sin poder contener la emoción de volver a encontrarse con su madre. Vegeta se acercó a ellos y dejó que Bra abrazara a su madre mientras él se sentaba en la cama.

Hacía mucho tiempo que no se les veía tan felices. De nuevo, los cuatro estaban juntos, la familia estaba completa, y, desde su pequeño planeta, el dios Kaioh-Shin de hace quince generaciones se reía, satisfecho de que su teoría hubiese dado resultado.


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